De entre todas las especies que se encuentran en otoño en nuestros bosques, hay una que se merece un puesto especial en mi blog, y esa es la negrilla o también conocida como ratonera. Es una de las setas más abundantes de la temporada y es muy buen comestible.
Todo el mundo habla de los boletus y los níscalos, la seta de cardo, etc.. pero ésta especie es una desconocida y pasa desapercibida para miles de seteros de España. Merece la pena conocerla bien porque cuando sale es capaz de hacer enormes rodales, con la alegría que eso produce. Yo de hecho las selecciono y sólo cojo las más bonitas de aspecto y talla.
A partir del mes de octubre (más bien noviembre), en los pinares, en concreto en las lindes entre el prado y el pinar, salen estas setas de color gris-negro por doquier, con un característico tacto de pelo de ratón en el sombrero. Son setas pequeñas, no más grandes de 7 cm, ligeras, con un mamelón en el centro del sombrero, convexas, que con el tiempo se aplanan y pierden dicho mamelón. De color negro a gris suave, con un ribete más claro en el borde.
El pie es corto, de unos 3-4cm, blanco, cilíndrico y tremendamente quebradizo, como toda la seta, muy delicada.
La láminas son anchas (separadas), sinuosas, de color blanco. Su olor en principio es inapreciable, excepto cuando se cocina que huele a nuez dulce.
Como podéis ver cumple con todas las características de los tricholomas: sin anillo, láminas espaciadas y abundante en su floración.
Gracias a Dios que es la especie de tricholoma más habitual en los bosques de coníferas y ésto la hace que sea fácil de conocer y de recolectar, porque no son todo buenas noticias con ella, ya que hay dos especies tremendamente parecidas y que son tóxicas.
El Tricholoma Pardinum. Una seta mucho más robusta y grande, con unas características escamas concéntricas en el sombrero y tintes rojizos (incluso amarillos en el borde del sombrero) y el Tricholoma Virgatum, tremendamente parecido en tamaño y forma al Terreum, pero con el mamelón mucho más pronunciado, una especie de pezón que lo acompaña toda su vida, y un color muy similar pero más plateado y resplandeciente. Típica en las lindes de bosques de sabinas.
Decir que estas dos especies tóxicas son extrañas de ver, no abundan. Hay temporadas que incluso no llegas a verlas, así que tampoco os tiréis de los pelos. Pero como digo siempre: cuidado con lo que cogéis.
Yo las negrillas las suelo cocinar en revuelto o simplemente fritas con un poco de ajo. Sueltan mucha agua, así que no echéis el ajo hasta que la haya perdido. Es curioso que no es una seta que pierda mucho volumen en la sartén, no es de las más exageradas en este sentido. Pero como más me gustan son fritas (como ya he comentado) y luego acompañarlas de una buena chuleta de cerdo, a modo de guarnición. Primero hago las setas en la sartén y cuando están bien hechas, las saco y en ese mismo aceite hago la chuleta de cerdo, así de simple. La carne adquiere un sutil sabor a bosque. Os dejo una foto para que os hagáis una idea.
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