El mundo micológico a veces sorprende con hallazgos como el de hoy. Un día caluroso de principios de otoño, con la hierba seca y el sol taciturno, no esperas encontrar nada en el bosque.. Y así se estaba dando la mañana. Tras dar una vuelta por el pinar en el que sólo había moscas, nos dirigimos, mi chica y yo, a un bosque de encinas y enebrales, aún más seco si cabe que el pinar; Y cual fue nuestra sorpresa, que encontramos muy cerca del camino un buen rodal de boletus de Satanás. Debajo de una encina con bellotas en punta.
Los hongos se asocian al agua, se piensa que si no ha llovido mucho y el campo está totalmente verde y húmedo, no puede haberlos, y si los hay, están secos o podridos. Pero no es del todo cierto: muchos hongos, y en especial los boletus, son muy dados a nacer en zonas realmente secas y sin gota de vegetación.
El Boletus de Satanás es un bello hongo de carne gruesa y compacta, que puede llegar a medir 30cm, que se agarra realmente bien al suelo. Su coloración es de lo más singular, el sombrero es de color blanquecino color märmol, de ahí su nombre, terso y con tendencia a agrietarse cuando no hay mucha humedad y ya es bastante adulto. También tiene un tono rosado en el borde cuando es aún joven. Como todos los boletus no asoman demasiado del terreno, el tronco suele estar oculto.
El tronco es grueso, habitualmente redondo, muy típico en este tipo de hongos pero más rechoncho y corto que otros boletus, de color crema tirando a amarillo en su base cuando es joven que luego se torna a un bello color violeta en su madurez.
Los poros son de un rojo increíble en su juventud, verdaderamente llamativos, que en su madurez pierden color y se vuelven más naranjas. La carne es blanca y compacta y azulea lentamente al corte. Su olor es muy característico, huele entre dulce y amargo, muy fuerte cuando esta muy maduro, incluso mal, pero su sabor, por contra, es dulce.
Es el único boletus que es tóxico, puede ocasionar serios transtornos gastrointestinales. Muy difícil de ver, un pequeño tesoro de nuestros bosques, si te encuentras con alguno, hazte una foto con él y déjale allí donde le encontraste, protege los bosques y sus tesoros.
Un bonito paseo para recordar, no tengo ninguna seta que llevar al plato, pero para mi, encontrar estos ejemplares ha sido un placer.
Los hongos se asocian al agua, se piensa que si no ha llovido mucho y el campo está totalmente verde y húmedo, no puede haberlos, y si los hay, están secos o podridos. Pero no es del todo cierto: muchos hongos, y en especial los boletus, son muy dados a nacer en zonas realmente secas y sin gota de vegetación.
El tronco es grueso, habitualmente redondo, muy típico en este tipo de hongos pero más rechoncho y corto que otros boletus, de color crema tirando a amarillo en su base cuando es joven que luego se torna a un bello color violeta en su madurez.
Los poros son de un rojo increíble en su juventud, verdaderamente llamativos, que en su madurez pierden color y se vuelven más naranjas. La carne es blanca y compacta y azulea lentamente al corte. Su olor es muy característico, huele entre dulce y amargo, muy fuerte cuando esta muy maduro, incluso mal, pero su sabor, por contra, es dulce.
Es el único boletus que es tóxico, puede ocasionar serios transtornos gastrointestinales. Muy difícil de ver, un pequeño tesoro de nuestros bosques, si te encuentras con alguno, hazte una foto con él y déjale allí donde le encontraste, protege los bosques y sus tesoros.
Un bonito paseo para recordar, no tengo ninguna seta que llevar al plato, pero para mi, encontrar estos ejemplares ha sido un placer.
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